lunes, 12 de septiembre de 2011

REQUIEM FOR A DEAD

Dime... ¿te parece justo quedarte quieto cuando intento besarte? ¿acaso te he lastimado a propósito? Recuerda que fuiste tu quien pidió la bala en el pecho, solo he venido a traerte flores, te ves muy quieto, estas frió, ¿acaso no te importa? No me ves, tus ojos están cerrados, pero yo los siento clavados en mi entrecejo, pero no siento el fuego que suele quemarme las pupilas cuando me miras, y ni siquiera parpadeas, habla, habla ya, no me has pedido venir para hacerme perder el tiempo supongo.
 ¡¡¡Odio el sonido de ese aparto, me esta volviendo loca!!! ¿ podrías apagarlo? me aturde, realmente lo hace, ¿no me oyes?, no, no me oyes.
Viene alguien, pediré ayuda, creo que algo anda mal, vamos apreta mi mano, abre los ojos o musita alguna palabra. El doctor viene, tal vez sepa que hacer. (que frio hace) el doctor corre te abre la bata y te ataca con un desfibrilador, el sonido no cambia, ese piiii infinito me quema los sesos, masajes en el pecho y nada pasa, él ve su reloj: hora de muerte 16:05. ¿Muerte? ¡muerte!... un no gutural sale de mi cavidad bucal, no, no, no. Rompo en llanto. Lo siento, lo siento. (llevame, llevame). en mi bolsa, el arma, un no lleno de terror, aullan los espectadores, mi ojos, cristalinos abiertos a mas no poder, luego, pum, sangre, sesos, carne, huesos. A que huele la muerte: a hospital, a dolor, a lagrima... a decepción.