He estado en la posición de otros, en lugares donde no he debido estar. He estado llorando hasta las 4 am, porque no he podido hacer nada más a causa del insomnio. He despertado en camas que no son la mía. He reído con personas a las que una vez mire con desprecio. He perdonado hasta que me han tomado por tonta de tanto hacerlo. He callado muchos “te amo” y “te quiero” por miedo y los he dicho por la misma razón sin tan siquiera sentirlos. He salido sin querer hacerlo, y he llegado a casa diciendo: “fue el mejor día de mi vida”. He soñado con cosas imposibles que en súbitos momentos se volcaron posibles y se cumplieron. Me he levantado con hambre del mundo, y en ocasiones el mundo me ha devorado a mí. Me he rendido con las más simples cosas y he luchado con las más difíciles. He contemplado la luna como si cada día que la viera, viese algo distinto. He abrazado a la persona que creía nunca me lastimaría, mientas ella me clavaba el puñal. He amado a más de una persona y he creido en la opresión. He cedido ante la presión, la depresión y el llanto. He estado atascada en la nada con todo, he estado sola en la compañía, y estado triste en la alegría. He reido como payaso y llorado como bufón. He bailado hasta que las venas quieren estallar y he cantado hasta que las melodías se vuelven sangrientas. He tenido momentos en los que me he sentido hermosa, y otros en los que no quiero ni mirarme al espejo. Hay días en los que he sentido de todo, y otros en los que no he sentido nada…. He disfrutado los detalles pequeños y los grandes…. Y he descubierto la idea total del vivir, que consiste en el no arrepentirse de nada, en tomar todo como llega y darle forma antes de que otra persona se la de por ti… en traerla y llevarla en vivirla y gozarla y sufrirla, en caminarla. Simplemente caminarla….
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